El pasado siglo exploró el futuro a partir de numerosas adaptaciones a novelas de ciencia-ficción. El ser humano siente especial intriga por lo desconocido, el futuro, además de imaginar los cambios que nos depararán los últimos hallazgos tecnológicos, como también las posibles catástrofes humanas y ecológicas provocadas por nuestro estilo de vida.
De cara al pasado, el cine ha retratado los grandes acontecimientos históricos donde destaca la temática bélica que caracterizó gran parte de la “producción” occidental del siglo XX. Grandes guerras mundiales, tensiones entre dos grandes bloques y numerosas tensiones causadas por la voluntad de autodeterminación, muchas de ellas, herencia de una colonización “caníbal” y un proceso de descolonización destructivo. El cine ha mostrado y educado, incluso alfabetizado, al gran público sobre aquello que no debe olvidarse, destacando la Shoah, uno de los capítulos más terribles de la era humana y que jamás deben olvidarse.
En cuanto a relatos de historias de vida, destacan las películas que bajo la American Way of Life definen a triunfadores del sistema norteamericano. El humilde inmigrante que hace su fortuna en un país de libertad, igualdad y capitalismo. Hollywood es experta en crear iconos, héroes, al estilo The Blind Side, donde Sandra Bullock recibió un oscar por hacer de madre pija preocupada por un joven marginado, premio que denota la calidad del jurado de la Academia, generador estrella de la cultura main-stream y la cultura-mundo.
Hoy es hora de hablar de películas que relatan la historia de los grandes triunfadores de la segunda mitad del siglo XX: las corporaciones, empresas que no sólo venden servicios y productos, sino que tienen fans a lo largo y ancho del planeta. Las organizaciones con ánimo de lucro venden estilos de vida o sueños, y gracias a la globalización han llegado a la totalidad del mundo occidental y penetran progresivamente en el mundo menos desarrollado. Desde la mítica Coca-Cola hasta marcas como Nike, Google, Apple, Armani, IBM, McDonald´s, Zara, entre otras, las marcas forman parte del día a día de todo ser viviente. Si preguntamos en la calle, los encuestados conocerán más marcas que políticos. Si hasta ahora se han retratado grandes acontecimientos históricos o casos de éxito a nivel individual (premios Nobel, deportistas de elite, personajes políticos, etc), hoy es el turno de las grandes corporaciones.
Facebook aprovecha su potencial clientela de 500 millones de usuarios para lanzar The Social Network. Qué marca va a ser la próxima en acercarse a su cliente fiel, y a sus potenciales consumidores, a través de la gran pantalla. Si no me equivoco, en breve, el corporativismo llegará con fuerza desde el séptimo arte. Estas películas darán salida a las pestañas “About us” o “Company” de las páginas web corporativas. Por encima de todo, la bandera de la corporación es su logo, símbolo de identidad. Me pregunto si estos “anuncios histórico-corporativos” utilizarán banderas patrióticas, al estilo relatos bélicos, o se mantendrán al margen para no herir sensibilidades y hacer más global a su marca, sin olvidar su carácter original.
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